¿Qué son las posadas?
La palabra posada significa literalmente albergue o refugio. Estas celebraciones recrean la búsqueda de hospedaje de María y José antes del nacimiento de Jesús. En barrios, empresas y hogares particulares, los participantes se dividen en dos grupos: unos representan a los peregrinos y otros a los anfitriones.
Acompañados de velas encendidas, los peregrinos recorren las calles cantando versos tradicionales en los que piden alojamiento. Como dicta la tradición, la entrada les es negada varias veces, hasta que finalmente se les abre la puerta, simbolizando la hospitalidad y la solidaridad. Ese momento marca el fin del acto religioso y el inicio de la fiesta.
La celebración
Una vez concedida la posada, comienza el ambiente festivo. Familiares, amigos y vecinos comparten comida y bebida en un espacio de convivencia que refuerza los lazos comunitarios.
Entre los elementos usados destaca el ponche navideño mexicano, una bebida caliente y aromática muy distinta al ponche europeo. Se elabora con ingredientes tradicionales como guayaba, flor de jamaica, caña de azúcar y tejocote, una fruta típica de la región. En muchas ocasiones, se le añade un toque de alcohol para los adultos.
Otro protagonista indiscutible es la piñata. Generalmente de siete picos, que simbolizan los pecados capitales, está hecha de cartón y decorada con papel de colores. Los niños, con los ojos vendados, intentan romperla con un palo hasta que caen dulces y frutas, en medio de risas y aplausos. Para los adultos, no falta el tequila o mezcal, presentes en casi toda celebración mexicana.
Tradición viva
Aunque su origen es religioso, hoy en día las posadas también se celebran en contextos modernos: oficinas, escuelas y reuniones privadas, adaptándose a los tiempos sin perder su esencia. Siguen siendo un símbolo de unión y esperanza.