Die deutsch-spanische Kulturzeitschrift Österreichs
Lunes, 24 Noviembre 2025 18:13

MedInUnity: Hacia una salud interseccional en Austria

Por María Andrea Múñoz
De izq. a der.: Sibel Ada, Michelle Nägeli, Claudia Espinoza, Mireille Ngosso y Karin Kapatais, durante la presentación de MedInUnity en Urania el pasado 10 de octubre. Foto: Cortesía MedInUnity

En un sistema de salud que todavía arrastra sesgos de género y raza, aparece MedInUnity: una asociación nueva impulsada por científicas, médicas y activistas que buscan un cambio estructural. Claudia Margarita Espinoza Martínez, investigadora y una de las cinco cofundadoras, nos habla sobre el origen del proyecto, su misión, visión y las metas que podrían convertirlo en un referente europeo en cuanto a salud interseccional.

Cuéntenos de usted, cómo llegó a Viena

Mi nombre es Claudia Margarita Espinoza Martínez. Nací en Santiago, pero realicé mis estudios universitarios en Valparaíso, donde estudié Kinesiología y obtuve un máster en Neurociencia.
Luego, trabajando en Chile como docente universitaria y atendiendo pacientes, sentí la necesidad de profundizar mis estudios científicos. Eso me motivó a mudarme a Viena a los 28 años para realizar un doctorado en el Institute of Science and Technology Austria (ISTA), ubicado en Klosterneuburg.
Paralelamente, por un interés personal en participar activamente en la sociedad austriaca desde una mirada más crítica y política, en los últimos años he estado involucrándome en diversos grupos feministas en Viena.

¿Qué le motivó a unirse y participar activamente en MedInUnity?

Soy cofundadora de MedInUnity. El primer esbozo de la idea surgió entre Sibel Ada y yo, quien también tiene formación científica. Como feministas y científicas, notamos la necesidad de una base de datos y de recursos accesibles para personal de salud y pacientes sobre temas de salud desde una perspectiva interseccional.

Independientemente, Mireille Ngosso —quien es médica, activista y amiga de Sibel— le comentó su idea de fundar una asociación centrada en visibilizar formas de discriminación racial y de género en el ámbito de la salud. Así, nuestras ideas confluyeron, dos personas más se unieron y MedInUnity tomó forma.

¿Cuál es su rol o responsabilidad dentro de la asociación y cómo llegó a él?

MedInUnity cuenta con un comité fundador de cinco personas y diferentes tipos de membresías. En el comité no existen jerarquías formales: todas tenemos el mismo peso en la toma de decisiones. Sin embargo, al ser una asociación joven y pequeña, cada una asumió responsabilidades concretas.

En mi caso, además de participar en la definición de las estrategias generales —como la planificación de talleres y cursos—, tengo tareas específicas: llevo la contabilidad, gestiono los medios digitales (incluida la página web) y busco financiamiento para sostener y ampliar nuestros proyectos.

¿Cómo definiría, en sus propias palabras, la misión de MedInUnity?

La misión de MedInUnity es crear conciencia desde una perspectiva interseccional sobre los sesgos y discriminaciones que afectan la salud de mujeres y personas que se identifican como mujeres, incluyendo mujeres dentro del espectro TGNC (personas transgénero y de género no conforme). Buscamos cumplir esta misión a través de la educación y la capacitación, dirigidas tanto a personal de salud como al público general.

Nuestras estrategias incluyen, por ejemplo, ofrecer talleres de formación específicos para personal de salud, desarrollar cursos en distintos formatos para mujeres* y personas que se perciben como mujeres, y generar contenido accesible mediante redes sociales, página web y una futura base de datos con información especializada.

Estamos aún en la fase inicial de varios de estos proyectos, pero la mirada interseccional es central y distintiva de nuestra asociación.

La interseccionalidad, concepto desarrollado por Kimberlé Crenshaw a fines de los años 80, se refiere a cómo distintas formas de discriminación no actúan por separado, sino que se entrecruzan y potencian, generando sistemas complejos de opresión. Como feministas, sabemos que el nivel y tipo de discriminación que enfrenta una mujer como yo —percibida como blanca, pero extranjera y queer— no es el mismo que el de una mujer negra que usa velo.

Y es importante recalcar que estas discriminaciones no solo generan daño social, sino también profundas injusticias en lo que respecta a la salud.

En su opinión, ¿qué papel tiene la interseccionalidad (género, raza, clase, orientación sexual, migración) en la prestación de servicios de salud?

Como científica, me siento más cómoda hablando desde los datos. No tengo experiencia clínica directa —esa experiencia la tienen Michelle Nägeli y Mireille Ngosso, que son las médicas del grupo—, pero la evidencia al respecto es muy clara: la interacción entre distintas formas de discriminación, tanto conscientes como inconscientes, tiene consecuencias muy dañinas para la salud de las mujeres y personas que se perciben como tal.

Por ejemplo, numerosas investigaciones señalan que las mujeres tienen menor probabilidad de recibir tratamientos adecuados y oportunos ante síntomas cardiacos, incluyendo una menor tasa de administración de terapias basadas en evidencia y mayores demoras en el diagnóstico, incluso cuando presentan riesgos o síntomas comparables a los de los hombres.

Al incorporar además la raza o el origen étnico, el fenómeno se amplía: un estudio en Europa sobre migrantes racializados en entornos sanitarios concluyó que la experiencia de racismo institucional o interpersonal se asocia con un mayor riesgo de peores resultados de salud, ya sea por dificultades de acceso, menor confianza en el sistema o por evitar buscar atención médica debido a experiencias previas negativas.

La clase social y el estatus migratorio también operan como barreras; por ejemplo, un trabajo publicado recientemente mostró que en Austria personas con antecedentes migratorios tienen patrones distintos de atención hospitalaria y tasas de readmisión más altas, lo que sugiere que existen barreras de acceso más allá de lo que factores puramente biológicos pueden explicar.

Por tanto, cuando una persona pertenece simultáneamente a varios grupos minoritarios o vulnerabilizados —por ejemplo, una mujer migrante de origen racializado, que además puede identificarse como LGBTQ+—, está expuesta a formas de discriminación que no pueden entenderse simplemente sumando cada factor por separado. En este sentido, la interseccionalidad nos obliga a considerar los sesgos estructurales, el entrenamiento de los profesionales de la salud, los estereotipos asumidos e incluso las barreras culturales o idiomáticas que afectan la prestación de servicios.

Y allí, MedInUnity tiene un rol importante. El personal sanitario necesita formación intercultural e interseccional, los protocolos clínicos deben revisarse para detectar sesgos de género, raza o clase, y los sistemas de salud deben hacer visibles estos patrones para diseñar medidas de equidad real.

En resumen, la interseccionalidad es clave para entender por qué ciertas personas reciben un peor trato sanitario, tienen menor acceso a ciertos servicios o experimentan resultados de salud menos favorables. Y al reconocerla, podemos avanzar hacia una atención más justa para todos los grupos poblacionales.

¿Qué metas a medio y largo plazo tiene MedInUnity y cómo participa usted en realizar esas metas?

A nivel personal, una de mis metas a mediano plazo es poner en línea nuestra base de datos, que incluirá artículos científicos de fácil acceso para profesionales de la salud. Queremos también una sección adaptada para el público general, con artículos tipo blog que proporcionen información clara, accesible y basada en evidencia. Esto es importante porque, para nosotras, hablar de salud también implica prevención, bienestar físico y mental, donde las personas, sin ser pacientes, puedan contribuir a ello.

Como grupo, uno de los objetivos más importantes a mediano plazo es conformar un pool de especialistas en salud con enfoque interseccional, que nos permita establecer un currículum sólido para ofrecer capacitaciones regulares a personal sanitario.

A largo plazo, nuestro sueño es convertirnos en un referente educativo a nivel nacional y europeo en prevención de la discriminación en salud y en formación de personal capacitado.

En general, nuestros sueños se basan en contribuir a crear espacios de salud seguros para mujeres y personas que se perciben como mujeres, quienes diariamente experimentan discriminación por razones de género, edad, etnia, clase social, color de piel o por no hablar perfectamente el idioma del país. Quizás —quién sabe— algún día podamos ofrecer también un centro de salud que se alinee con esos temas.
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Asociación MedInUnity
1070 Wien, Schottenfeldgasse 72
office@medinunity.at 
medinunity.at 

Modificado por última vez en Martes, 25 Noviembre 2025 21:09
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