¿Cómo nació la idea de la exposición?
Podemos decir que esta exposición comenzó a gestarse en el año 2023. Inició como una muestra para el Día de los Muertos en el LAI. Como estuvimos trabajando en ese proyecto, creo que logramos muy buenas colaboraciones y quedó en el aire la idea de seguir haciendo otros proyectos con Andrea Eberl. En esa primera exposición participaron diez artistas de Texas y diez artistas de Chihuahua.
Además del Día de los Muertos, otra temática que considero importante en México es la lucha libre. Aunque no es la única temática cultural relevante, es una en la que he estado trabajando durante varios años. En esa ocasión hablamos con Andrea sobre hacer algo bien hecho, profesional, ya que el Día de los Muertos es un tema ya totalmente arraigado en la cultura mundial. La lucha libre, por su parte, también es una manifestación cultural contemporánea. Está cerca de cumplir 100 años en México (en 2033), y ha sido tropicalizada: México la ha hecho muy suya. Entonces, traer esta manifestación cultural a Viena creo que ha sido algo importante.





Obra del artista Miguel Valverde, este mural conmemora los 80 años de la lucha libre en México. A través de una narrativa visual que recorre desde las raíces prehispánicas hasta las estrellas contemporáneas del ring, la obra rinde homenaje al legado cultural, simbólico y social de este espectáculo popular.
¿Qué papel juega la lucha libre en la identidad cultural mexicana?
Yo creo que la lucha libre juega un papel muy importante: es un reflejo de la sociedad mexicana. La lucha libre en México se distingue por estar llena de magia, rituales, misticismo y contrastes entre las luchas sociales, la vida y la muerte, en esa dualidad que tanto se representa en nuestras culturas prehispánicas.
Los países latinoamericanos seguimos buscando una identidad, a pesar de que ya la tenemos. Después de la conquista surgió una confusión que marcó una lucha incluso con nuestra propia lengua. Por eso somos una mezcla de todo. Podemos ser muy españoles, podemos ser muy mayas… En ese sentido, México posee una gran riqueza cultural que nos permite ser como queramos. Además, estamos cerca de Estados Unidos, y algunas personas pueden también asumir una identidad más "norteamericana", si así lo desean.
Entonces, el papel de la lucha libre es el de jugar un rol social. Más que un espectáculo, es una manifestación sociocultural. Aunque sigue repitiendo muchos elementos desde los años 30 —el uso del ring, las reglas de primera, segunda y tercera caída, rudos y técnicos, luchadores individuales, combates de máscara contra máscara o cabellera contra cabellera—, la lucha libre se vive tanto en el ring como en las gradas. Como decía mi abuela: “No tienes que ir al psicólogo si vas a la lucha libre”, porque ahí la gente grita y vive una catarsis colectiva. El fútbol también tiene mucho de eso, pero creo que después del fútbol, la lucha libre cumple un papel cultural más auténtico. A pesar de no haber nacido en México, nada en el mundo ha nacido exclusivamente en un solo lugar. La lucha libre tiene ese gran poder de representar a México por los elementos que ha incorporado a su cultura y a sus personajes.
¿Podría ahondar en los conceptos de la lucha libre?, como por ejemplo los técnicos y los rudos, la vida y la muerte en el ring.
Es el guion de la vida. A veces se manifiesta en una historia: el bueno y el malo. A veces tú eres el bueno en una historia, y a veces eres el villano. La lucha libre maneja esos roles para conectar con ambos lados del público.
Hace tiempo, la gente quería a los técnicos —los buenos, los científicos, los paladines de la justicia—, pero ahora se enfocan más en la personalidad del luchador. Ya no importa si es rudo o técnico; lo importante es el personaje que encarna. Como en el cine, donde siempre hay un bueno y un malo, esta manifestación cultural va más allá de lo que podemos ver. Si lo trasladamos a lo bélico, por ejemplo, un país pequeño puede estar siendo abusado por otro: ese es el malo, el abusador, el rudo. Es una representación de lo que tú consideres. Podemos proyectar nuestros propios conflictos en un personaje.
Aunque es un espectáculo deportivo, es también muy cultural, con múltiples capas. Creo que la lucha libre debe vivirse en una arena. Es una experiencia que vale la pena cuando se tiene la oportunidad de viajar a México. Es como ir a una plaza de toros en España.
¿Cómo se representan el dolor y el éxtasis en la lucha y en el arte visual?
Estos contrastes son fundamentales. El dolor es algo que nos han inculcado, especialmente a través de la religión en América Latina. Se nos enseña que, si quieres alcanzar la gloria, primero debes sufrir. Desde la corona de Cristo con sus espinas, hasta las espinas de los nopales en el escudo nacional mexicano. Incluso hay personajes como Nopalucho, que tienen una fuerte connotación con el dolor.
Por otro lado, el éxtasis es la parte más elevada del espíritu. Quizás lo sientas al no tener dolor, al experimentar la sensación de estar vivo. Son dos estados que te conectan profundamente: uno con lo terrenal, otro con lo espiritual. El dolor comienza al nacer; el éxtasis aparece al superar algo.
En mi caso, trabajo mucho con el color, la pincelada, la temática. ¿Qué colores representan para mí el éxtasis? Los azules, los verdes. Son colores que dan vida. La longitud de onda del color influye directamente en la percepción y en la sensación de calma o exaltación en el cerebro. En experiencias extasiantes, como un viaje con niños santos, puedes ver colores fosforescentes, azules, verdes, etc. En cambio, el dolor lo asocio con colores más oscuros, más rojos. Todo se relaciona con la psicología del color.
En la colección Del dolor al éxtasis hemos intentado plasmar ese gran contraste y abanico emocional, a través del color y la forma.
Cuéntenos acerca de los elementos que se pueden observar en la exposición de la galería "Lichtraum by Sonia Siblik"
El luchador usa un atuendo: a veces máscara, calzoncillos, botas. Algunos usan mallas; otros, no usan máscara. Algunos son muy guapos; otros, muy feos. Y eso es lo bueno: todos tienen una personalidad. Hay quienes guardan el misterio, como los superhéroes. El uso de la máscara es fundamental: permite tener una vida dentro del ring y otra en lo privado. Es un elemento muy poderoso.
Otros elementos en la exposición son rings de lucha libre en miniatura, con juguetes. Cuando eres niño en México, esos son los juguetes con los que luchas, juegas, te diviertes. Son elementos conectados con la infancia. Lo más valioso que tenemos son los primeros recuerdos: cuando tu mamá te llevó por un helado, cuando tu abuelita te compró una cachucha. La lucha libre forma parte de eso. Entra en la vida de los mexicanos desde que son niños, especialmente en el centro-sur del país. Aunque ahora ya está en todo México.
Todos esos elementos los trajimos a la galería Lichtraum by Sonia Siblik. Sonia hizo un gran trabajo de curaduría. La exposición está pensada para el público vienés, acostumbrado a colores neutros. Y al pasar por la acera fuera de la galería, se encuentran con una explosión de color. Hay muchas figuras, formas y colores vibrantes que invitan al espectador a acercarse.
Después se ven los retratos, las escenas, las obras con mayor simbolismo. Por ejemplo, hay un cuadro que se llama "Lucha interior" que es un autorretrato donde, en lugar de un cerebro, se ve un ring de lucha libre, como un coliseo romano. Viajamos por la exposición a través del trazo, del sketch, del óleo, del acrílico, de las máscaras, los carteles, los rings... No es una escena de lucha libre: es una exposición de arte que muestra lo que la lucha libre mexicana puede aportar a la cultura mundial.
¿Qué espera que el público se lleve de esta experiencia?
Espero que se lleven muchas preguntas. Más que llevarse una sola idea sobre mi trabajo, quiero que se cuestionen. Vengo como parte de México con esta exposición individual, pero también con una colectiva. Me interesa compartir la riqueza de los artistas mexicanos, para que la gente vea una parte de América Latina, y una parte muy poderosa de México.
No todo es el Día de los Muertos, lo digo con respeto. Los artistas debemos ser arriesgados, mostrar nuevas manifestaciones culturales, no quedarnos en la zona de confort solo porque algo "vende" en el marketing cultural.
Si México es visto como una marca cultural, quiero que esa marca se expanda. Que no se limite al Día de los Muertos. Lo que está ocurriendo en Chihuahua es importante. Deseo fervientemente que la cultura se mueva al norte, hacia Chihuahua, porque en las últimas décadas ha estado en Guadalajara, Ciudad de México, Monterrey, Oaxaca… pero ahora debe ser el tiempo del Sotol, de Chihuahua, Coahuila, Durango, del norte.
La relación entre Chihuahua y Texas es vital. Aunque sea Estados Unidos, realmente es una misma región. Y creo que Chihuahua dará mucho de qué hablar en los próximos 25 años.
Este proyecto nace de un chihuahuense en colaboración con el Instituto Austriaco para América Latina, con Sonia Siblik, con Gina Guajardo y el Filmcasino. Ha sido fascinante trabajar con ellos, porque son sumamente profesionales.
Gracias al ISAD, la escuela de Arquitectura y Diseño, y al ayuntamiento de Cuauhtémoc, mi ciudad natal, esto ha sido posible. Son parte de la fortaleza que tenemos para vincularnos. El ISAD se ha estado conectando con instituciones europeas, y algo bueno está ocurriendo en el norte de México. Eso también debe mostrarse: esta parte de nuestra cultura que es válida y muy importante.
Del ring a la galería: una celebración viva de la cultura mexicana
La Semana de la Lucha Libre en Viena aún continúa, ofreciendo a los visitantes una inmersión en esta expresión cultural mexicana que trasciende el espectáculo. La exposición Del dolor al éxtasis, en la galería Lichtraum by Sonia Siblik, puede visitarse hasta el 6 de junio y propone un recorrido visual cargado de color, símbolos y emociones donde la lucha se transforma en arte. Paralelamente, la muestra El arte de luchar, en la Sala Frida Kahlo del Instituto Austriaco para América Latina, también permanecerá abierta hasta esa fecha. Además, los días 16 y 17 de mayo se llevará a cabo el taller de pintura La magia de la lucha libre, donde el propio Valverde guiará a los participantes en una exploración creativa de esta iconografía popular. Con estas actividades, Viena se convierte temporalmente en una arena simbólica donde las máscaras, los colores y la memoria colectiva dialogan a través del arte, reafirmando el lugar de la lucha libre como una forma legítima de identidad, resistencia y expresión visual contemporánea.
Más información en este enlace: www.vhs.at/de/e/lai/lucha-libre