¿Qué te llevó a dar el salto de la publicidad y la comunicación a la escritura de ficción?
Además de copywriter y amante de la lectura, también soy mamá de dos niñas que tienen 10 y 12 años. Como vivimos en un país de habla alemana, para reforzar nuestro idioma, les leemos todas las noches algo en español. Pero hace un par de años, cuando teníamos que escoger lecturas, nos encontrábamos con que ya eran demasiado mayores para que les leyéramos cuentos (“eso es para niños pequeños” decían), pero los libros de su edad tenían capítulos muy largos. Total, que la noche siguiente teníamos que hacer un resumen del capítulo anterior y sumar otro capítulo larguísimo más. Así que pensé en escribir una historia para niños de su edad, pero con capítulos cortos, de 2-3 páginas. Además, como está ambientada en los mercadillos de Navidad de Viena, también podrían sentirse identificadas fácilmente con la protagonista.
¿Qué aspectos de tu experiencia como copywriter han sido útiles al momento de escribir esta novela?
Llevar toda mi carrera profesional dedicada a la escritura publicitaria ayuda, hasta cierto punto, a superar el temor de tener que enfrentarte a la página en blanco. Pero escribir un libro es, digamos, todo lo contrario a mi profesión. Cuando eres redactora de publicidad los clientes suelen pedirte que digas mucho en pocas palabras. Debes ser conciso, breve, encontrar la palabra perfecta que aporte mucho significado sin ocupar mucho espacio (reservado normalmente a la imagen). En cambio, cuando escribes un libro es más bien al revés: tienes que extenderte para que una escena se entienda. Debes aportar más detalles para que el lector se haga una idea de lo que quieres decir.
¿Cómo surgió la idea de “El Misterio de los Anti-regalos”? ¿Tuviste alguna experiencia en los mercadillos navideños de Viena que te inspirara?
Además de ser una persona que adora la Navidad, varias cosas fueron las que me inspiraron. En primer lugar, una charla con mis amigas por Zoom durante la pandemia. Estábamos hablando de la Navidad y de lo difícil que es compaginar las tradiciones de tu país de acogida con las de tu país de origen. Somos un grupo de 6 mamis (cuatro españolas, una argentina y una uruguaya) que vivimos en Viena (Austria) y compartimos los quebraderos de cabeza de criar a nuestras hijas e hijos en una cultura que no es la nuestra. Ahí les dije que algún día escribiría un cuento sobre los diferentes personajes de la Navidad.
Otra de las cosas que me inspiró para elegir el nombre de mi protagonista, Victoria, fue la hija de una de esas amigas. Con solo 3 añitos enfermó de cáncer y quise ponerle su nombre para que cuando leyera la historia, se viera un poco reflejada en ella. Era mi manera de mandarle energía positiva y rendirle homenaje.
Y, por último, como ya dije antes, mis propias hijas me dieron el último empujón que necesitaba. La Bárbara de 12 años siempre soñó con escribir un libro y con todas estas señales, había llegado el momento de sentarse y ponerse a ello.
¿Cómo definirías un “anti-regalo”?
Un anti-regalo es aquella sorpresa que te regalan, pero que, al estar defectuosa, produce una frustración en el niño o niña que lo recibe. Por ejemplo, una cámara de fotos que siempre saca las fotos borrosas o movidas, o unos bolígrafos que no escriben lo que tú quieres. En el libro, los niños de Viena están recibiendo anti-regalos y esto está generando una pérdida generalizada de la ilusión por la Navidad. ¿Y qué sería de la Navidad sin la ilusión de los niños? Así pues, el anti-regalo se convierte en el motor de esta historia, en el inicio del misterio. Porque ¿quién está enviando esos anti-regalos? ¿Y por qué motivo?
¿Qué rol juega la ciudad de Viena en el desarrollo de la historia?
La ciudad de Viena, sobre todo en esta época, es el escenario perfecto para cualquier tipo de historia navideña. La decoración de las calles, sus famosos mercadillos y los puestecitos repletos de artesanía, dulces navideños, jarras decoradas… Sin duda debía aparecer como telón de fondo. Además, que mis hijas conocieran los lugares que aparecen era algo que lo hacía aún más mágico.
¿Hay algún mensaje especial que quisiste transmitir a los lectores con esta novela?
Se trata de una preciosa historia navideña llena de magia y fantasía, basada en la amistad no solo entre humanos, sino también entre una niña y su mascota y donde la importancia de comunicar nuestros sentimientos a los que nos rodean cobra un valor muy significativo al final del libro.
También es una lectura ágil y divertida, con unos personajes tan entrañables que gustarán tanto a mayores como pequeños, y que seguro propiciarán momentos inolvidables, poniendo de relieve ese espíritu navideño del que se habla en el libro.
¿Cómo fue el proceso de construir un mundo mágico en un entorno tan realista como los mercadillos navideños?
Los mercadillos navideños de Viena tienen magia por sí mismos. Solo debía crear unos personajes que se mimetizaran con el entorno y dejar que ellos mismos fueran parte de ese escenario. Son lugares llenos de ilusión, de lucecitas que iluminan las caras de los visitantes, donde se venden verdaderos tesoros hechos a mano. Y simplemente he descrito lo que veo cada vez que me paseo por uno de ellos.
¿Cómo ha sido la experiencia de publicar tu primer libro?
Ha sido una experiencia maravillosa. He cumplido un sueño de infancia, he hecho felices a mis hijas y, ahora, estoy haciendo feliz a un montón de familias más. Es la mejor definición de magia que existe.
Además, he aprendido a buscar soluciones o alternativas cuando encontraba algún obstáculo, a apoyarme mucho en mi familia y amigos cuando tenía dudas o momentos de bajón, y he descubierto que es muy gratificante escribir para niños. Si consigues captar su atención, es un público muy pasional; si conecta con tus personajes, lo hará profundamente y le interesará saber todo de ellos.