El acto tuvo lugar frente al busto del General José de San Martín. Allí se llevó a cabo una ofrenda floral en homenaje al Libertador, seguida por el despliegue de cintas patrias y la entonación de los himnos nacionales de Argentina y Austria.
En su discurso, el Embajador S.E. Gustavo Rodolfo Zlauvinen destacó la vigencia de los ideales de mayo: "La independencia sigue siendo un objetivo en construcción: cultural, económica e institucional". Enfatizó también la necesidad de reposicionar a la Argentina en un mundo cambiante, reafirmando los valores de libertad, autodeterminación y cooperación internacional.







Zlauvinen recordó con orgullo que la relación bilateral entre Argentina y Austria data de más de 150 años, desde la apertura de la primera representación argentina en el entonces Imperio Austrohúngaro en 1870. "Austria es hoy un socio estratégico, con importantes inversiones en sectores clave como la vitivinicultura, la tecnología, la transición energética y la inteligencia artificial", afirmó, agradeciendo especialmente a Bodegas Norton, propiedad de la familia Swarovski, por su patrocinio del evento.
Uno de los ejes centrales de su mensaje fue el papel de las nuevas generaciones. Celebró que en 2024 se haya alcanzado un récord de participación de jóvenes argentinos en el programa de trabajo y vacaciones en Austria, señalándolo como “una muestra del dinamismo, la vitalidad y el potencial de nuestros vínculos”.
Entre los asistentes se encontraban el Ministro de Exteriores austríaco, Botschafter Maximilian Hennig, el presidente del Programa Nuclear Argentino, Demián Reidel, y el presidente de la Sociedad Austriaco-Argentina, Christian Koidl, así como otras personalidades del cuerpo diplomático y miembros de la comisión directiva de la asociación austro-argentina, entre otros invitados destacados.
Presidente Christian Koidl destacó en su discurso la figura continental de San Martín y el compromiso histórico entre ambos países. Subrayó la importancia de generar oportunidades reales para la juventud, y valoró especialmente el rol de la cultura, el respeto mutuo y la cooperación internacional como pilares de una relación sólida y duradera.
Promesa a la Bandera
Uno de los momentos más sentidos del acto fue la Promesa a la Bandera realizada por los niños Lina, Luka y Zoe, guiados por el Embajador. Este gesto, que las embajadas replican anualmente para quienes viven en el exterior y no pudieron hacerla en su etapa escolar, simboliza el compromiso con la patria más allá de las fronteras. "Es uno de los momentos que más me emociona”, expresó Zlauvinen, “porque reconfirma el cariño y la lealtad que sentimos por nuestra gran Nación, sin importar la distancia".
Unidad en la diversidad
El Embajador citó al Papa Francisco, evocando una de sus enseñanzas más significativas: "La unidad no es uniformidad ni la diversidad es división. La verdadera armonía se construye reconociendo y valorando las diferencias". Señaló que esta reflexión no solo expresa el espíritu de la conmemoración, sino que también encarna la vocación de diálogo que guía la relación entre Argentina y Austria, y refleja los desafíos y oportunidades que enfrentan bloques como el Mercosur y la Unión Europea en la construcción de consensos respetuosos y duraderos.
El evento concluyó con una degustación de vinos argentinos acompañados de tradicionales empanadas, en un clima de identidad y celebración.